Hola soy Laura!

Cuando era pequeña, solía buscar pequeños objetos antiguos en casa de mi abuela o en los armarios de la casa para darle vida a mi cocina de juguete. ¿Mi favorito? El de mi madrina, un comedor antiguo, de esos de verdad que se rompen, guardado en un pequeño aparador en miniatura en el piso de arriba, en el dormitorio de los niños, cuyo olor aún recuerdo. Un poco mayor, me encantaba ayudar a mi madre a preparar mesas bonitas cuando teníamos invitados, recorría el jardín, con un par de tijeras en la mano para componer lindos ramos. Cuando era adolescente, pasaba el tiempo cambiando la decoración, ciertamente “cuestionable”, de mi habitación. Cuando era joven, fui a ventas de garaje para amueblar y decorar mi primer apartamento parisino y comencé a ensuciarme las manos con pintura, herramientas, etc. Luego fui madre dos veces y dejé París para regresar a mi Normandía natal, tan querida en mi corazón. Caímos bajo el hechizo de una antigua casa de campo normanda de más de 150 años que necesitaba ser amueblada. Más que nunca, me divertí buscando gangas y renovando para que esta casa conservara toda su alma antigua. ¡Ya era hora de abandonar oficialmente la educación nacional para embarcarnos en la aventura del mercadillo! Quiero ser útil para ti, poner a tu disposición mis conocimientos, mis consejos de decoración, mi saber hacer y mis manos para dar vida a tu interior.

Porque comprar antiguo significa asegurarse de tener un interior único, auténtico y de calidad. Pero también significa preservar el planeta, no participando, entre otras cosas, en el agotamiento de los recursos forestales y en la contaminación provocada por la fabricación de nuevos muebles y objetos.